La enfermera Ana Riveros, que se desempeña en el hospital sanjuanino Hospital Marcial Quiroga, recuperó su libertad tras permanecer dos días detenida acusada de falsificación de documento privado. Durante la audiencia de formalización, la jueza Verónica Chicón la imputó por el delito, otorgó la libertad solicitada por su defensa y estableció un plazo de seis meses para que la Fiscalía avance con la causa. :contentReference[oaicite:1]{index=1}
El mecanismo detectado
La investigación arrancó cuando el hospital detectó irregularidades en una receta médica presentada por la enfermera para justificar una licencia: el sello presentaba errores y la profesión consignada no correspondía a la médica firmante, identificada como “Chávez”. :contentReference[oaicite:2]{index=2}
Los operativos de la UFI Genérica incluyeron allanamientos en la vivienda de Riveros (barrio Natania XV, Rivadavia) y en su oficina del centro de salud, donde se secuestraron recetas médicas en blanco, sellos profesionales, dos teléfonos celulares y un cuaderno de registros. :contentReference[oaicite:3]{index=3}
Investigación y trabajo hospitalario
La causa está a cargo de la fiscal coordinadora Daniela Pringles y el delito que se imputa es el de falsificación de documento privado. :contentReference[oaicite:4]{index=4} En la audiencia, la jueza Chicón fijó que Fiscalía tendrá seis meses para resolver si se procede a elevación a juicio o no. :contentReference[oaicite:5]{index=5}
Mientras tanto, la situación laboral de Riveros quedó bajo observación: su continuidad en el hospital será evaluada en función del avance de la causa.
Una advertencia para el sistema
El episodio pone en relieve la vulnerabilidad de los mecanismos de control interno en entornos sanitarios: sellos, recetarios y firmas que deberían tener custodia, pero que al parecer circularon sin supervisión. En el ámbito público, cada irregularidad repercute más allá del caso individual: afecta la confianza ciudadana y la transparencia institucional.
Tras dos días detenida, la enfermera del Hospital Marcial Quiroga acusada de falsificar certificados recuperó su libertad. La Justicia de San Juan investiga usos de recetarios, sellos y firmas ajenos en la emisión de documentos médicos apócrifos.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
La enfermera Ana Riveros, que se desempeña en el hospital sanjuanino Hospital Marcial Quiroga, recuperó su libertad tras permanecer dos días detenida acusada de falsificación de documento privado. Durante la audiencia de formalización, la jueza Verónica Chicón la imputó por el delito, otorgó la libertad solicitada por su defensa y estableció un plazo de seis meses para que la Fiscalía avance con la causa. :contentReference[oaicite:1]{index=1}
El mecanismo detectado
La investigación arrancó cuando el hospital detectó irregularidades en una receta médica presentada por la enfermera para justificar una licencia: el sello presentaba errores y la profesión consignada no correspondía a la médica firmante, identificada como “Chávez”. :contentReference[oaicite:2]{index=2}
Los operativos de la UFI Genérica incluyeron allanamientos en la vivienda de Riveros (barrio Natania XV, Rivadavia) y en su oficina del centro de salud, donde se secuestraron recetas médicas en blanco, sellos profesionales, dos teléfonos celulares y un cuaderno de registros. :contentReference[oaicite:3]{index=3}
Investigación y trabajo hospitalario
La causa está a cargo de la fiscal coordinadora Daniela Pringles y el delito que se imputa es el de falsificación de documento privado. :contentReference[oaicite:4]{index=4} En la audiencia, la jueza Chicón fijó que Fiscalía tendrá seis meses para resolver si se procede a elevación a juicio o no. :contentReference[oaicite:5]{index=5}
Mientras tanto, la situación laboral de Riveros quedó bajo observación: su continuidad en el hospital será evaluada en función del avance de la causa.
Una advertencia para el sistema
El episodio pone en relieve la vulnerabilidad de los mecanismos de control interno en entornos sanitarios: sellos, recetarios y firmas que deberían tener custodia, pero que al parecer circularon sin supervisión. En el ámbito público, cada irregularidad repercute más allá del caso individual: afecta la confianza ciudadana y la transparencia institucional.