La Pampa del Leoncito, uno de los patrimonios naturales y científicos clave de San Juan, fue escenario de un grave acto de vandalismo este fin de semana. La Municipalidad de Calingasta denunció formalmente que un grupo de personas ingresó al área protegida con vehículos todo terreno (UTV), provocando daños significativos en el frágil suelo de la llanura.
El hecho, que generó un profundo repudio en la comunidad local y las autoridades, ocurrió entre el sábado 1 y el domingo 2 de noviembre. Los conductores de los vehículos, calificados como «inadaptados» por el municipio, dejaron profundas huellas y marcas en la emblemática pampa, un área de incalculable valor ecológico y científico.
El daño: Por qué se considera «irreversible»
Lo que a simple vista puede parecer solo «tierra seca», es en realidad un ecosistema complejo y frágil. La Pampa del Leoncito es un «barreal» o cuenca de sedimentación formado durante miles de años. Su superficie está compuesta por una fina costra de limo y arcilla que, al estar seca, es perfectamente lisa, dura y plana.
Este es su principal valor. El ingreso de los UTV con sus neumáticos de alta tracción fracturó esta costra protectora. Expertos y autoridades locales coinciden en que el daño es «irreversible» porque:
- Rompe la estructura: Una vez rota, la costra no se regenera naturalmente.
- Facilita la erosión: Las huellas actúan como canales para el viento y la escasa agua de lluvia, acelerando la erosión y creando surcos permanentes.
- Afecta el uso científico y deportivo: Esta planicie es mundialmente famosa para la práctica de carrovelismo (wind-kart), que depende de su superficie perfectamente lisa. Además, se encuentra junto al Parque Nacional El Leoncito, un área protegida que alberga dos complejos astronómicos de nivel mundial (CASLEO y CESCO), cuya calidad de observación depende de la estabilidad atmosférica y la baja polución de la zona.
La investigación y las posibles sanciones
Tras la alerta de vecinos y personal de la zona, se activó un operativo policial que logró interceptar e identificar a los responsables. Según informaron diversos medios locales, se trata de un grupo de 16 turistas que se movilizaban en igual número de vehículos UTV.
En el centro de la investigación se encuentra un operador turístico identificado como Javier Flores Hauer, radicado en Villa General Belgrano (Córdoba), quien es señalado por las autoridades como el presunto organizador de la excursión no autorizada que terminó en los destrozos.
El caso ya se encuentra en manos de la Justicia de San Juan, que deberá evaluar la documentación de los vehículos interceptados (habilitaciones, seguros, RTO) y determinar las sanciones. Aunque la causa está en desarrollo, los responsables enfrentan serias consecuencias. La acción viola normativas provinciales de protección ambiental, como la Ley 607-L, que en su régimen de sanciones castiga expresamente «circular con vehículos motorizados en lugares no autorizados en Reservas, Parques, Santuarios y Monumentos Naturales».
Las multas por esta infracción, según la ley, oscilan entre 3.000 y 200.000 U.T. (Unidades Tributarias), lo que podría traducirse en una sanción económica de varias decenas de millones de pesos, además de la obligación de «recomponer el daño ambiental» si la justicia así lo dispone.
Un problema recurrente
Este no es un hecho aislado. Vecinos de Calingasta y operadores turísticos habilitados vienen denunciando desde hace tiempo que la zona es considerada «tierra de nadie» por algunos visitantes.
De hecho, la propia Dirección de Turismo municipal, a cargo de Emilia Billi, había anunciado en junio de este año un plan para la temporada alta que incluía disponer personal permanente en la Pampa (de 9:30 a 19:00 hs). El objetivo de este personal era precisamente prevenir, educar a los visitantes sobre el daño que causan estas maniobras y, en caso de desobediencia, tomar las patentes para la denuncia policial inmediata.
El incidente de este fin de semana demuestra la persistencia del problema y la necesidad de controles más estrictos. La Directora de Patrimonio Cultural de la provincia, Gladys González, confirmó que se seguirán todos los pasos legales para determinar las responsabilidades. «La Pampa del Leoncito es un patrimonio que nos trasciende», comunicaron desde la municipalidad. «Su preservación es un deber intergeneracional».
<p>Un grupo de 16 vehículos UTV ingresó sin autorización a la Pampa del Leoncito, en Calingasta, San Juan, este fin de semana. La incursión causó daños considerados «irreversibles» en el frágil suelo del área protegida. Las autoridades municipales radicaron la denuncia y la investigación apunta a un operador turístico de Córdoba como presunto organizador.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
En un giro de guion que ni al más delirante productor de Rápido y Furioso: Reto Calingasta se le hubiese ocurrido, dieciséis (16) genios del volante decidieron que la Pampa del Leoncito, un lugar que parece sacado de otro planeta y que los científicos usan porque justamente no lo pisa nadie, era el escenario ideal para probar si sus UTV doblaban bien en «tierra seca». Spoiler: sí, doblan. Y también la hacen puré.
¿Qué clase de iluminación mística recibió este convoy de turistas motorizados? ¿Acaso creyeron que el «barreal» era una invitación cósmica para dibujar patrones abstractos con sus cubiertas de alta tracción? «Mirá, Jorge, acá dice ‘Patrimonio Natural’, debe ser porque es de todos y podemos hacer lo que se nos canta», habrá dicho el líder de la expedición, presuntamente un operador cordobés que confundió Calingasta con el patio de su casa en Villa General Belgrano.
Ahora los expertos dicen que el daño es «irreversible». ¡Irreversible! No es que le pasás una aspiradora robot y queda. Rompieron una costra formada durante miles de años. Es el equivalente a que entre una manada de ñus a tu colección de copas de cristal de la abuela y después te pregunten si «pasa algo». Claro que pasa algo. Pasa que ahora los que practican carrovelismo van a tener que esquivar cráteres que parecen la superficie lunar después de un bombardeo.
La policía, en un operativo digno de Mad Max pero versión sanjuanina (con menos fuego y más burocracia), los interceptó. Ahora la Justicia tiene que «evaluar la documentación». ¿Qué van a evaluar? ¿Si tenían la VTV al día para destruir un ecosistema? Fantástico. Mientras tanto, la Directora de Patrimonio nos confirma que «se seguirán todos los pasos legales». Menos mal. Temíamos que fueran a resolverlo con una carrera de UTVs contra el intendente municipal.
Lo mejor es que esto no es nuevo. Ya venían avisando que la zona era «tierra de nadie». Habían anunciado personal permanente de 9:30 a 19:00. ¿Qué pasó? ¿Se fueron todos a almorzar al mismo tiempo y en ese rato entraron 16 vehículos del tamaño de un Fiat 600 tuneado? Esto demuestra que la única solución viable es poner un cartel gigante que diga: «PROHIBIDO SER INADAPTADO. Multas millonarias. Y sí, lo decimos por usted, el del UTV».
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
La Pampa del Leoncito, uno de los patrimonios naturales y científicos clave de San Juan, fue escenario de un grave acto de vandalismo este fin de semana. La Municipalidad de Calingasta denunció formalmente que un grupo de personas ingresó al área protegida con vehículos todo terreno (UTV), provocando daños significativos en el frágil suelo de la llanura.
El hecho, que generó un profundo repudio en la comunidad local y las autoridades, ocurrió entre el sábado 1 y el domingo 2 de noviembre. Los conductores de los vehículos, calificados como «inadaptados» por el municipio, dejaron profundas huellas y marcas en la emblemática pampa, un área de incalculable valor ecológico y científico.
El daño: Por qué se considera «irreversible»
Lo que a simple vista puede parecer solo «tierra seca», es en realidad un ecosistema complejo y frágil. La Pampa del Leoncito es un «barreal» o cuenca de sedimentación formado durante miles de años. Su superficie está compuesta por una fina costra de limo y arcilla que, al estar seca, es perfectamente lisa, dura y plana.
Este es su principal valor. El ingreso de los UTV con sus neumáticos de alta tracción fracturó esta costra protectora. Expertos y autoridades locales coinciden en que el daño es «irreversible» porque:
- Rompe la estructura: Una vez rota, la costra no se regenera naturalmente.
- Facilita la erosión: Las huellas actúan como canales para el viento y la escasa agua de lluvia, acelerando la erosión y creando surcos permanentes.
- Afecta el uso científico y deportivo: Esta planicie es mundialmente famosa para la práctica de carrovelismo (wind-kart), que depende de su superficie perfectamente lisa. Además, se encuentra junto al Parque Nacional El Leoncito, un área protegida que alberga dos complejos astronómicos de nivel mundial (CASLEO y CESCO), cuya calidad de observación depende de la estabilidad atmosférica y la baja polución de la zona.
La investigación y las posibles sanciones
Tras la alerta de vecinos y personal de la zona, se activó un operativo policial que logró interceptar e identificar a los responsables. Según informaron diversos medios locales, se trata de un grupo de 16 turistas que se movilizaban en igual número de vehículos UTV.
En el centro de la investigación se encuentra un operador turístico identificado como Javier Flores Hauer, radicado en Villa General Belgrano (Córdoba), quien es señalado por las autoridades como el presunto organizador de la excursión no autorizada que terminó en los destrozos.
El caso ya se encuentra en manos de la Justicia de San Juan, que deberá evaluar la documentación de los vehículos interceptados (habilitaciones, seguros, RTO) y determinar las sanciones. Aunque la causa está en desarrollo, los responsables enfrentan serias consecuencias. La acción viola normativas provinciales de protección ambiental, como la Ley 607-L, que en su régimen de sanciones castiga expresamente «circular con vehículos motorizados en lugares no autorizados en Reservas, Parques, Santuarios y Monumentos Naturales».
Las multas por esta infracción, según la ley, oscilan entre 3.000 y 200.000 U.T. (Unidades Tributarias), lo que podría traducirse en una sanción económica de varias decenas de millones de pesos, además de la obligación de «recomponer el daño ambiental» si la justicia así lo dispone.
Un problema recurrente
Este no es un hecho aislado. Vecinos de Calingasta y operadores turísticos habilitados vienen denunciando desde hace tiempo que la zona es considerada «tierra de nadie» por algunos visitantes.
De hecho, la propia Dirección de Turismo municipal, a cargo de Emilia Billi, había anunciado en junio de este año un plan para la temporada alta que incluía disponer personal permanente en la Pampa (de 9:30 a 19:00 hs). El objetivo de este personal era precisamente prevenir, educar a los visitantes sobre el daño que causan estas maniobras y, en caso de desobediencia, tomar las patentes para la denuncia policial inmediata.
El incidente de este fin de semana demuestra la persistencia del problema y la necesidad de controles más estrictos. La Directora de Patrimonio Cultural de la provincia, Gladys González, confirmó que se seguirán todos los pasos legales para determinar las responsabilidades. «La Pampa del Leoncito es un patrimonio que nos trasciende», comunicaron desde la municipalidad. «Su preservación es un deber intergeneracional».
En un giro de guion que ni al más delirante productor de Rápido y Furioso: Reto Calingasta se le hubiese ocurrido, dieciséis (16) genios del volante decidieron que la Pampa del Leoncito, un lugar que parece sacado de otro planeta y que los científicos usan porque justamente no lo pisa nadie, era el escenario ideal para probar si sus UTV doblaban bien en «tierra seca». Spoiler: sí, doblan. Y también la hacen puré.
¿Qué clase de iluminación mística recibió este convoy de turistas motorizados? ¿Acaso creyeron que el «barreal» era una invitación cósmica para dibujar patrones abstractos con sus cubiertas de alta tracción? «Mirá, Jorge, acá dice ‘Patrimonio Natural’, debe ser porque es de todos y podemos hacer lo que se nos canta», habrá dicho el líder de la expedición, presuntamente un operador cordobés que confundió Calingasta con el patio de su casa en Villa General Belgrano.
Ahora los expertos dicen que el daño es «irreversible». ¡Irreversible! No es que le pasás una aspiradora robot y queda. Rompieron una costra formada durante miles de años. Es el equivalente a que entre una manada de ñus a tu colección de copas de cristal de la abuela y después te pregunten si «pasa algo». Claro que pasa algo. Pasa que ahora los que practican carrovelismo van a tener que esquivar cráteres que parecen la superficie lunar después de un bombardeo.
La policía, en un operativo digno de Mad Max pero versión sanjuanina (con menos fuego y más burocracia), los interceptó. Ahora la Justicia tiene que «evaluar la documentación». ¿Qué van a evaluar? ¿Si tenían la VTV al día para destruir un ecosistema? Fantástico. Mientras tanto, la Directora de Patrimonio nos confirma que «se seguirán todos los pasos legales». Menos mal. Temíamos que fueran a resolverlo con una carrera de UTVs contra el intendente municipal.
Lo mejor es que esto no es nuevo. Ya venían avisando que la zona era «tierra de nadie». Habían anunciado personal permanente de 9:30 a 19:00. ¿Qué pasó? ¿Se fueron todos a almorzar al mismo tiempo y en ese rato entraron 16 vehículos del tamaño de un Fiat 600 tuneado? Esto demuestra que la única solución viable es poner un cartel gigante que diga: «PROHIBIDO SER INADAPTADO. Multas millonarias. Y sí, lo decimos por usted, el del UTV».