Routine: Horror y puzles en una tensa base lunar retro

Redacción Cuyo News
5 min

El videojuego ‘Routine’ emerge como una intrigante propuesta dentro del género de terror y puzles, transportando a los jugadores a una base lunar con una inconfundible estética retro-futurista inspirada en la década de los 80. Durante una demo de aproximadamente 90 minutos, la experiencia destacó por su atmósfera tensa y una premisa argumental que despierta interés, a pesar de algunas observaciones sobre la inteligencia artificial de sus antagonistas robóticos. La combinación de suspenso, resolución de enigmas y un particular sentido del humor promete una inmersión única.

En el limbo lunar: terror ochentoso y puzles bajo presión

La esencia de ‘Routine’ se cimienta en la fórmula clásica del survival horror, donde la supervivencia depende de la habilidad para resolver acertijos mientras se evade la implacable persecución de enemigos letales. Este enfoque, que evoca títulos como ‘Alien: Isolation’ o ‘My Friendly Neighborhood’, genera momentos de alta tensión, especialmente cuando el jugador logra superar un puzle crítico y escapa por los pelos de sus captores. Sin embargo, la dinámica del género también introduce pausas prolongadas, obligando al jugador a esperar el momento oportuno para avanzar, lo que puede derivar en una tensión que se diluye en la monotonía. En este contexto, la base lunar en ruinas se presenta como un escenario opresivo, infestado por robots humanoides con intenciones homicidas, cuyo diseño se inspira en el canon de ciencia ficción retro-tecnológica, como la franquicia ‘Alien’.

La dualidad de la atmósfera: humor y misterio en el espacio

A pesar de la constante amenaza, ‘Routine’ introduce elementos distintivos que matizan su oscuridad. Un sentido del humor particular se manifiesta a través de detalles como máquinas arcade de dudoso entretenimiento, que ofrecen un respiro entre los segmentos de terror, o la presencia de robots asistentes no hostiles. Esta dualidad entre el horror inmersivo y las pinceladas irónicas se fusiona con una estética visual cuidada, que va desde pasillos metálicos anodinos hasta sectores más elaborados como una sala de arcade abandonada o un centro comercial en ruinas. Además, el juego aprovecha su ubicación lunar para ofrecer vistas panorámicas de la «majestuosa Selene», lo que añade un componente estético notable. La narrativa ambiental, con indicios de una posible «misteriosa enfermedad viral en acción», siembra la intriga sobre la profundidad de su historia.

C.A.T.: el dispositivo que redefine la supervivencia retrofuturista

La resolución de puzles en ‘Routine’ va más allá de la búsqueda de códigos convencionales, integrando una herramienta central: el dispositivo C.A.T. (Computer Assisted Tool). Esta videocámara de mano no solo permite interactuar con el entorno, sino que también puede inhabilitar temporalmente a los robots mediante un rayo eléctrico. Su característica más interesante radica en su evolución; a medida que el jugador avanza, el C.A.T. desbloquea nuevos modos, como el «Módulo Ultraview», que facilita la detección de sustancias residuales –como manchas de sangre– clave para desentrañar enigmas más complejos y, a veces, «poco intuitivos». La mejora progresiva de este aparato se establece como el principal sistema de progresión del juego, prometiendo un abanico de usos ingeniosos a lo largo de la aventura.

Adversarios robóticos: intimidación vs. eficacia

La presencia de los robots «extremadamente violentos» es una constante fuente de estrés, elevando la dificultad de los puzles más sencillos. Sus sonidos mecánicos y sus esporádicos chillidos contribuyen a una atmósfera opresiva y generan sobresaltos efectivos. Sin embargo, la demo reveló una relativa «torpeza» en la inteligencia artificial de estos perseguidores. Hacen «muchísimo ruido al marchar electrónicamente», abandonan la persecución si el jugador corre a cierta distancia y su capacidad de búsqueda en «un rincón evidente» es limitada. La adición de la función de electrocución del C.A.T. proporciona una ventaja adicional, permitiendo inhabilitarlos brevemente. Esto plantea un dilema: si bien son «increíblemente estresantes» por su mera presencia y atmósfera, su efectividad letal inicial no se manifestó con la contundencia esperada, llevando al jugador a un escenario donde, según el periodista, «nunca fui realmente asesinado mientras jugaba».

Compartir
🔺 Tendencia