La inteligencia artificial está desatando una carrera por el consumo energético, con los centros de datos triplicando su demanda en la última década y proyectándose a otro triple aumento para 2028. Estados Unidos, en particular, podría destinar hasta el 12% de su electricidad a esta industria, lo que ha llevado a un renovado interés en la energía nuclear como solución. España también enfrenta un crecimiento significativo en el sector, con proyecciones que apuntan a un aumento del 50% en la demanda energética para centros de datos hacia 2030.
La sed insaciable de la inteligencia artificial (IA) sigue poniendo a prueba la infraestructura energética mundial. Un informe reciente del Departamento de Energía de Estados Unidos revela que el consumo de los centros de datos, esos gigantes repletos de procesadores donde se entrena la IA, se ha triplicado en la última década y se espera que vuelva a hacerlo para 2028. Este aumento exponencial plantea un interrogante sobre la sostenibilidad de esta tecnología que tanto prometemos.
Según las proyecciones del informe, estos centros de datos necesitarán al menos 325 teravatios hora (TWh) de electricidad, superando el consumo anual de países como España. En otras palabras, la digitalización y la IA están a punto de convertirse en los grandes devoradores de energía de este siglo.
Asumiendo que los centros operan al 50% de su capacidad, el estudio del Lawrence Berkeley National Laboratory indica que Estados Unidos requerirá una potencia instalada de entre 74 y 132 GW para 2028, más de lo que genera España en un año. Esto significa que el país del norte podría destinar del 6,7% al 12% de su electricidad total a esta industria emergente.
Trump apuesta fuerte por la ia e impulsa el consumo
Pero las cifras podrían ser aún más alarmantes. Un anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre inversiones de 500.000 millones de dólares en IA, bautizado como «Stargate», promete acelerar esta vorágine energética. El proyecto, con capital de SoftBank, OpenAI, Oracle y el fondo soberano de Abu Dhabi MGX, se dedicará a construir centros de datos y plantas energéticas que den soporte a la demanda. Trump incluso planea usar declaraciones de emergencia para asegurar este suministro y deja claro que planea dinamitar normas que impidan el desarrollo energético.
«La proyección del Departamento de Energía es muy llamativa: los centros de datos, impulsados principalmente por la IA, pueden alcanzar el 12% del consumo total de electricidad de EE UU para 2028, mientras que las previsiones más comunes apuntaban a un 10% para 2030», opina Shaolei Ren, especialista en sostenibilidad de la IA. «Eso significa que, si se siguen construyendo centros de datos especializados en IA sin mejoras sustanciales en su eficiencia energética, la sobrecarga de la red eléctrica llegará mucho antes de lo previsto», añade el académico. Ojo al piojo, como diría mi abuela.
El informe también revela un incremento considerable en el consumo de agua de los centros de datos. De unos 66.000 millones de litros en 2023, se estima que podrían alcanzar los 124.000 millones en 2028. Esto, sin tener en cuenta el agua utilizada para generar la energía que, evidentemente, no es poca. La situación se pone cada vez más complicada, dejando claro que la IA no sólo es un gigante hambriento de electricidad, sino también de agua.
¿La solución? Energía nuclear
La realidad es que Estados Unidos parece no estar preparado para semejante demanda energética. Sam Altman, el director general de OpenAI, advirtió de una posible crisis energética si no hay “cambios drásticos”. ¿Cuáles son esos cambios? El sector tecnológico parece estar inclinándose por la energía nuclear. Empresas como Amazon, Google, Microsoft o Meta ya manifestaron su interés en la energía nuclear, tanto los reactores nucleares de bolsillo como la fusión nuclear para alimentar sus centros de datos. La energía nuclear de un suministro ininterrumpido a diferencia de energías renovables como la solar o eólica. Algunas de estas empresas ya han cerrado acuerdos de suministro con plantas nucleares que volverán a operar. Microsoft, por ejemplo, está hablando de poner en funcionamiento la planta nuclear de Three Mile Island en 2028.
Según diversos informes, el gobierno de Estados Unidos ya se reunió con las empresas para explorar el desarrollo de centros de datos con pequeños reactores modulares (SMR). Las primeras órdenes ejecutivas de Trump y la alianza Stargate nos dejan ver que ese tipo de proyectos podría ser viable en un futuro próximo, lo cuál es cuando menos interesante, y hasta riesgoso.
España también entra en el juego
España, por su parte, se está transformando en un polo atractor de centros de datos. Gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon y Meta tienen proyectos en el país. Y aunque las previsiones de consumo energético son menores que las de Estados Unidos, también muestran que el sector no deja de crecer.
Se estima que los centros de datos en España, pasarán de tener una capacidad de carga eléctrica de unos 900MW en 2024 a unos 1.350 en 2030. No es una cifra menor, ya que esto representaría un aumento del 50% en la demanda energética total.
La consultora DNV estima que la demanda de energía de los centros de datos y la IA será del en un 44% para 2050. Esto supone un enorme reto para la red eléctrica española, que tendrá que garantizar un suministro constante y sostenible. Y aquí viene la pregunta del millón: ¿Estaremos a la altura? ¿O terminaremos pagando el pato por la sed de la IA?. Lo veremos, y no nos va a gustar.