Epstein y la inteligencia artificial: secretos de un simposio en las Islas Vírgenes

Redacción Cuyo News
3 min

El Simposio Fantasma y la Sombra de Epstein en la Inteligencia Artificial

En 2002, cuando la inteligencia artificial aún gateaba, un puñado de científicos se reunió en el The St. Thomas Common Sense Symposium, buscando la fórmula mágica para emular la cognición humana. El cerebro detrás del encuentro era el pionero de la IA, Marvin Minsky, acompañado por su pupilo Pushpinder Singh y el filósofo Aaron Sloman. El resultado de la cumbre fue un artículo que hoy, más allá de sus ideas, llama la atención por una frase en particular: «Esta reunión ha sido posible gracias al generoso apoyo de Jeffrey Epstein». Sí, el mismísimo. El simposio se celebró, curiosamente, en las Islas Vírgenes, donde Epstein tenía su famoso refugio isleño. La pregunta que surge es inevitable: ¿qué hacía Epstein metido en este berenjenal?

La presencia de Epstein en este ámbito, como en tantos otros, deja un sabor amargo. “El financiero parecía realmente fascinado por los científicos”, revela una fuente anónima. “Yo lo veía como un tipo excéntrico y rico al que le gustaba rodearse de gente interesante y de científicos, y que se hacía muchas preguntas sobre el mundo”. El propio Epstein parecía consciente de su atractivo en estos círculos: «No soy más que un aficionado a la ciencia», le dijo al periodista Jeffrey Mervis en 2017. «Pero entiendo de dinero, [y] soy un matemático bastante bueno».

Solo por invitación

Pero, ¿cómo se gestó este simposio? Según la misma fuente, Epstein profesaba una gran admiración por Minsky y sus charlas sobre IA. En esa época, la inteligencia artificial no gozaba de la popularidad actual. «Era una época en la que la gente era muy escéptica sobre si la IA tenía futuro», explica la fuente. De ahí surgió la idea de una reunión íntima con Minsky como figura central. No está claro si el evento se financió con una donación de 100,000 dólares que Epstein realizó para apoyar la investigación de Minsky.

El simposio, en definitiva, pretendía darle un empujón a la inteligencia artificial. La lista de invitados, sin embargo, sufrió modificaciones hasta incluir nombres como Roger Schank, Doug Lenat y Vernor Vinge. Sloman, una incorporación tardía, recuerda: «Me parece recordar que Epstein proporcionó abundantes recursos, incluido el uso de un avión privado para trasladarnos al lugar.»

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