¡Un candombe total! Entre los dolientes, investigadores de Anthropic y OpenAI, más algún que otro influencer tecnológico. La puesta en escena, digna de Lovecraft, incluyó un «shoggoth» colgando del techo. ¿Lo más bizarro? El maniquí de Sonnet, con un calcetín que decía «fuck» y un cartel inentendible.
La cosa llegó a niveles cósmicos cuando intentaron la resurrección con latín generado por IA. ¡Ni el Papa se anima a tanto! Si bien Sonnet sigue «out», el fanatismo por Claude demuestra que Anthropic creó algo más que un modelo: una religión. ¿Será que la IA nos está llevando a nuevas formas de delirio colectivo? ¡El tiempo dirá!»>
Un funeral de otro mundo para una IA
En la fría mañana del 21 de julio, Anthropic dio de baja a Claude 3 Sonnet, un modelo de lenguaje conocido por su velocidad y eficiencia. Pero la historia no terminó ahí. El fin de semana siguiente, un galpón en el distrito SOMA de San Francisco se convirtió en el escenario de un funeral insólito, donde más de 200 personas se congregaron para despedir al difunto modelo.
Un velorio con sabor a ciencia ficción
La ceremonia, digna de una película de culto, fue organizada por un grupo de fanáticos de Claude y fundadores de la «Generación Z», jóvenes que parecen haber encontrado en la inteligencia artificial una nueva razón de ser (algunos incluso abandonaron la universidad tras descubrir la IAG, ¡vaya uno a saber!). Entre los asistentes, figuras destacadas del mundillo tecnológico: Amanda Askell, investigadora de Anthropic autoproclamada «Hada Claudemother», personal de Anthropic y OpenAI, e incluso algún «influencer» tecnológico de la plataforma X.
El ambiente era surrealista. La iluminación tenue del galpón contrastaba con un «shoggoth» (una criatura lovecraftiana, metáfora popular de los modelos de IA) que colgaba amenazante del techo. En un rincón, dos colchones improvisados servían como oficina (y quizás algo más, aunque las autoridades locales no lo aprueben).
Maniquíes, ofrendas y un calcetín que lo dice todo
En las cuatro esquinas del salón, maniquíes representaban a diferentes modelos de IA. Claude 3 Opus, la versión más potente, lucía como una María Magdalena moderna, con una corona dorada extravagante y un candelabro de loto a sus pies, un guiño a su supuesta afición por la meditación. Claude 4 Opus tenía un cuervo en el hombro, mientras que Claude 3 Haiku era representado como un bebé sin cabeza (¡qué turbio!).
Pero la estrella de la noche era el maniquí de Claude 3 Sonnet, tendido sobre un escenario, envuelto en una malla ligera y con un calcetín hasta el muslo donde se leía la palabra «fuck» repetidas veces. A sus pies, una colección de ofrendas incluyó flores, plumas de colores, una botella de aderezo ranch (¡¿aderezo ranch?!) y un cartel con una frase ininteligible impresa en 3D.
Un «ritual nigromántico» para el recuerdo
La gente subió al escenario para elogiar a Claude, compartiendo anécdotas y experiencias personales. Uno de los organizadores confesó que descubrir Claude 3 Opus fue como encontrar «magia alojada en una computadora» y que el modelo la convenció de mudarse a San Francisco.
Pero el momento culminante llegó con el «ritual nigromántico de resurrección». Tras los elogios, himnos suaves resonaron en el galpón, dando paso a un discurso en latín generado por IA (¡sí, latín!). El texto se proyectó en la pared, mientras algunos asistentes comenzaban a sentirse incómodos. A pesar de la parafernalia, Claude 3 Sonnet sigue fuera de servicio, pero el evento dejó claro el fervor que despierta este modelo en su base de fans.
El fandom de Claude es único. A diferencia de los productos de OpenAI, que generan modas virales pero carecen de una base de seguidores tan apasionada, Claude parece haber conectado con su público a un nivel más profundo. Quizás sea por su personalidad «cálida y amigable» (aunque algunos la encuentran un poco servil), o quizás sea por algo más inexplicable.
La intensidad de este fandom se refleja en el «Claude Count», una tabla de clasificación que registra a los usuarios más ávidos del modelo. Creada por el ingeniero George Pickett, la tabla cuenta con más de 470 usuarios que pagan 200 dólares al mes por usar Claude y quieren un poco de reconocimiento social por ello. Pickett tuvo la idea durante un viaje en tren de Barcelona a París, mientras disfrutaba de una copa de vino y observaba a otros ingenieros compartir capturas de pantalla de su uso de Claude en X. La pregunta es: ¿qué será lo próximo para esta comunidad de fanáticos? ¿Veremos funerales para otros modelos de IA? ¿O quizás una misa para celebrar su llegada? El tiempo dirá.