Intel y el Gobierno de EE. UU. Coquetean con una Participación Estatal: ¿Jugada Maestra o Intervencionismo Tecnológico?
Patrick Moorhead, analista veterano de la industria de semiconductores y CEO de Moor Insights & Strategy, vislumbra un beneficio a corto plazo para Intel si se concreta el acuerdo: «Significa que Intel recibe su dinero sin ataduras».
Hasta el momento, la compañía recibió 2,200 millones de dólares de los hasta 7,860 millones asignados a través de la Ley CHIPS de 2022. Esta ley, concebida para impulsar la producción nacional de semiconductores, establece hitos específicos para la construcción de fábricas y la producción. Si Intel no cumple con estos objetivos, el financiamiento se esfuma. Sin embargo, Intel ya ha superado los 2,200 millones de dólares en subvenciones destinadas a la construcción de fábricas y a investigación y desarrollo durante el mismo período.
Intel, valuada actualmente en 101,000 millones de dólares, lejos de su apogeo a principios de la década de 2000, experimentó un breve impulso en sus acciones tras el anuncio de la compra de títulos por parte de Softbank por unos 2,000 millones de dólares.
El Rol de la Administración Trump y la «Acción de Oro»
La administración Trump ya había explorado este tipo de acuerdos público-privados, llevando la idea un paso más allá. En junio, dio el visto bueno a la asociación entre la siderúrgica japonesa Nippon Steel y la estadounidense US Steel, con sede en Pittsburgh, condicionada a un acuerdo de seguridad nacional y a una disposición conocida como «acción de oro». Esta cláusula otorga al gobierno estadounidense voz y voto en decisiones clave de US Steel, incluyendo nombramientos en el consejo de administración y planes de deslocalización. El objetivo, según se argumentó, era fortalecer la competitividad de EE. UU. frente a China en la producción de acero.
En el caso de Intel, Howard Lutnick, CEO de Cantor Fitzgerald, indicó a CNBC que la administración Trump no obtendría una participación con derecho a voto ni tendría injerencia en las operaciones de la compañía.
Reacciones Internas y Expectativas
El portavoz de Intel, Cory Pforzheimer, declaró a WIRED: «Intel está profundamente comprometida a apoyar los esfuerzos del presidente Trump para fortalecer el liderazgo tecnológico y manufacturero de Estados Unidos». Añadió que la compañía espera «continuar nuestro trabajo con la administración Trump para avanzar en estas prioridades compartidas, pero no vamos a hacer comentarios sobre rumores o especulaciones».
El Departamento de Comercio de Estados Unidos no emitió comentarios al respecto antes de la publicación de la noticia.
Un Cambio en la Cúpula Directiva
En diciembre de 2024, Intel anunció la jubilación de su CEO, Pat Gelsinger, veterano de la industria de los chips, tras sus esfuerzos por revitalizar la compañía. Lip-Bu Tan, ex CEO de la empresa de diseño electrónico Cadence Design Systems, lo sucedió en el cargo.
En un movimiento que podría agitar el avispero tecnológico, Intel estaría considerando una jugada audaz: vender una participación minoritaria al gobierno de Estados Unidos. La movida, impulsada por la administración Trump, busca apuntalar la producción local de semiconductores y fortalecer la posición del país frente a la competencia global, especialmente con China. Analistas de la industria ven con buenos ojos la inyección de capital, aunque advierten sobre los riesgos de la intromisión estatal en las decisiones empresariales. La operación, que aún está en pañales, podría significar un antes y un después para el gigante de los chips.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
La Casa Blanca, cual dealer de tecnología, busca asegurar el suministro made in USA. ¿Será que Trump quiere su propio DeLorean?
Intel, que no está para tirar manteca al techo, recibiría una inyección de capital fresco. ¡A construir fábricas se ha dicho!
Analistas, con el mate en mano, debaten si es jugada maestra o papelón galáctico. ¿Demasiado Estado en el chip?
El mundo de los semiconductores, más picante que empanada salteña. ¡Se vienen curvas!
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Intel y el Gobierno de EE. UU. Coquetean con una Participación Estatal: ¿Jugada Maestra o Intervencionismo Tecnológico?
Patrick Moorhead, analista veterano de la industria de semiconductores y CEO de Moor Insights & Strategy, vislumbra un beneficio a corto plazo para Intel si se concreta el acuerdo: «Significa que Intel recibe su dinero sin ataduras».
Hasta el momento, la compañía recibió 2,200 millones de dólares de los hasta 7,860 millones asignados a través de la Ley CHIPS de 2022. Esta ley, concebida para impulsar la producción nacional de semiconductores, establece hitos específicos para la construcción de fábricas y la producción. Si Intel no cumple con estos objetivos, el financiamiento se esfuma. Sin embargo, Intel ya ha superado los 2,200 millones de dólares en subvenciones destinadas a la construcción de fábricas y a investigación y desarrollo durante el mismo período.
Intel, valuada actualmente en 101,000 millones de dólares, lejos de su apogeo a principios de la década de 2000, experimentó un breve impulso en sus acciones tras el anuncio de la compra de títulos por parte de Softbank por unos 2,000 millones de dólares.
El Rol de la Administración Trump y la «Acción de Oro»
La administración Trump ya había explorado este tipo de acuerdos público-privados, llevando la idea un paso más allá. En junio, dio el visto bueno a la asociación entre la siderúrgica japonesa Nippon Steel y la estadounidense US Steel, con sede en Pittsburgh, condicionada a un acuerdo de seguridad nacional y a una disposición conocida como «acción de oro». Esta cláusula otorga al gobierno estadounidense voz y voto en decisiones clave de US Steel, incluyendo nombramientos en el consejo de administración y planes de deslocalización. El objetivo, según se argumentó, era fortalecer la competitividad de EE. UU. frente a China en la producción de acero.
En el caso de Intel, Howard Lutnick, CEO de Cantor Fitzgerald, indicó a CNBC que la administración Trump no obtendría una participación con derecho a voto ni tendría injerencia en las operaciones de la compañía.
Reacciones Internas y Expectativas
El portavoz de Intel, Cory Pforzheimer, declaró a WIRED: «Intel está profundamente comprometida a apoyar los esfuerzos del presidente Trump para fortalecer el liderazgo tecnológico y manufacturero de Estados Unidos». Añadió que la compañía espera «continuar nuestro trabajo con la administración Trump para avanzar en estas prioridades compartidas, pero no vamos a hacer comentarios sobre rumores o especulaciones».
El Departamento de Comercio de Estados Unidos no emitió comentarios al respecto antes de la publicación de la noticia.
Un Cambio en la Cúpula Directiva
En diciembre de 2024, Intel anunció la jubilación de su CEO, Pat Gelsinger, veterano de la industria de los chips, tras sus esfuerzos por revitalizar la compañía. Lip-Bu Tan, ex CEO de la empresa de diseño electrónico Cadence Design Systems, lo sucedió en el cargo.
La Casa Blanca, cual dealer de tecnología, busca asegurar el suministro made in USA. ¿Será que Trump quiere su propio DeLorean?
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