<div class="semiton-wrapper" data-texto="China triplicó su producción de chips maduros entre 2020 y 2024. ¡Una locura! Subsidios a lo loco y fuga de cerebros (¡Taiwán, Corea, EE.UU., agárrense!) impulsan la movida.
Cada provincia financia a su “campeón”, cual carrera de galgos tecnológicos. ¡El que llega primero, gana! O al menos eso esperan...
Pero ojo, no todo es brillo: hay empresas “zombie” y “unicornios” inflados. ¿Será burbuja o visión de largo plazo? ¡El tiempo dirá!
Mientras Occidente se pelea por los chips de 2 nm, China va por el grueso del mercado. ¡A dominar la electrónica cotidiana, señores!
¿Dumping y espionaje industrial? Algunos dicen que sí. Taiwán y EE.UU. ya pusieron el grito en el cielo. ¡Se pudrió todo!
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La avanzada china en la producción de chips maduros: ¿amenaza u oportunidad?
China está apostando fuerte a la producción de chips maduros (entre 28 y 90 nanómetros), una estrategia que, si bien puede parecer menos sofisticada que la carrera por los chips de última generación, podría reconfigurar el panorama global de la industria de semiconductores. Con una inversión masiva y un enfoque estratégico, el gigante asiático busca dominar un mercado crucial para una amplia gama de dispositivos, desde automóviles hasta infraestructura energética.
Un ecosistema de apoyo sin precedentes
La estrategia china se basa en un entramado de apoyos que incluye:
- Zonas industriales especializadas en semiconductores.
- Fondos locales de innovación respaldados por el Big Fund nacional.
- Paquetes de subsidios y préstamos con intereses ultrabajos.
- Programas de reclutamiento académico y migración dirigida de ingenieros desde Taiwán, Corea y Estados Unidos.
Esta red de incentivos ha creado una competencia interna casi «darwiniana», donde cada autoridad provincial financia a sus propios «campeones» (a menudo *startups*) con la esperanza de que alguno se convierta en líder global. Es como el Procrear, pero para chips.
Factores de competitividad: ¿unicornios o zombis?
La masiva inversión pública ha generado una explosión de capacidad productiva doméstica. Entre 2020 y 2024, China triplicó su producción de chips de 28–90 nm, con más de 60 nuevas fábricas iniciadas en ese período. «Las empresas locales aprenden sobre la marcha y desarrollan habilidades propias en herramientas EDA, obleas de 200 mm, pruebas y ensamblado», señalan analistas del sector.
El análisis de mercado destaca tres factores clave que fortalecen este sistema chino:
Redundancia productiva: Cada región construye capacidad excedente para atraer pedidos, creando un colchón de *stock* “*anti-shock*”. Es como tener varios asadores por si uno se rompe en el medio del asado.
Cadena interregional especializada: Centros de producción conectados (oblea en Jinan, ensamblado en Nanchang, pruebas en Suzhou, etc.) que dependen unos de otros, pero son autosuficientes internamente.
Seguridad económica proactiva: Los chips maduros se consideran “infraestructura crítica”, lo que garantiza soberanía industrial aun en escenarios de *decoupling* tecnológico con Occidente.
Sin embargo, el modelo no está exento de riesgos. El exceso de capacidad descoordinado puede saturar el mercado y dejar obsoletas muchas fábricas. Por eso conviven «zombis» y «unicornios»: empresas que sobreviven solo por los flujos públicos, frente a otras que escalan gracias a buenas conexiones más que a la innovación. Es el riesgo de inflar la economía con esteroides, diría un economista.
La importancia estratégica de los chips maduros
A primera vista, enfocarse en nodos maduros puede parecer una estrategia defensiva. Sin embargo, «estos chips representan el grueso del mercado mundial: entre el 70% y 80% del volumen global de semiconductores se basa en tecnologías anteriores (≥28 nm)», explica un informe de la consultora Gartner. Son los componentes esenciales de multitud de dispositivos cotidianos y estratégicos, como:
- Sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) en automóviles.
- Electrónica industrial, de consumo y ferroviaria.
- Infraestructura energética (redes inteligentes, estaciones de energía).
- Telecomunicaciones heredadas (circuitos 4G/5G baseband).
- Aplicaciones militares (radares, misiles, drones).
Controlar estos nodos maduros le permite a China reducir la dependencia de fundiciones extranjeras críticas como TSMC, UMC o GlobalFoundries, y soportar mejor las sanciones y restricciones a tecnología punta. Es como fabricar tus propios repuestos para el auto, por si acaso.
Prácticas disruptivas y la respuesta internacional
No obstante, la estrategia china no está exenta de controversia. «Un informe de Wealth Magazine (Lin Hung-ta) apunta a **prácticas distorsivas**: *dumping* sistemático de chips maduros por debajo del costo de producción financiado con subsidios estatales, y la adquisición forzada de tecnologías extranjeras mediante ingeniería inversa y contratación de expertos», señala un análisis reciente. El *dumping* es una práctica desleal en la que un actor vende productos en el extranjero a un precio inferior al costo de producción, lo que puede perjudicar a los competidores.
Ante estas prácticas, Taiwán y EE. UU. están actuando de forma coordinada: Taipei endurece los controles de exportación de conocimientos y técnicos hacia China continental, y gigantes como TSMC y UMC diversifican su producción fuera de la región. Washington, por su parte, tras aprobar el CHIPS Act y sancionar a SMIC, evalúa incluir en la lista negra a proveedores de equipamiento para procesos maduros (>14 nm). En conjunto, la comunidad democrática busca frenar los efectos de esta estrategia china. Es como ponerle un freno de mano al dragón, pero ¿será suficiente?
Un proyecto geoeconómico a largo plazo
En resumen, la estrategia de China con los chips maduros «no es un recurso provisional, sino un ambicioso proyecto geoeconómico de largo plazo». Mientras Occidente corre tras chips de 3 y 2 nm para IA y centros de datos, Pekín construye silenciosamente la columna vertebral de una nueva infraestructura industrial: resiliente, escalable y potencialmente dominante en los segmentos de mayor volumen. «El desafío futuro no será solo competir en innovación de vanguardia, sino defender también un modelo de comercio equitativo en un mundo cada vez más marcado por la estatización de tecnologías críticas», concluyen los expertos. La partida de ajedrez tecnológica global está lejos de terminar.
Artículo basado en información publicada originalmente en WIRED Italia.