Max Schrems, el activista austriaco que puso en jaque a Facebook y a las grandes tecnológicas por el manejo de datos, plantea la necesidad de que Europa construya una autonomía digital ante la dependencia de Estados Unidos. En una entrevista, Schrems analiza el impacto de la guerra comercial y la regulación de la inteligencia artificial, dejando en claro que, a pesar de los avances, aún queda mucho por hacer para proteger la privacidad de los ciudadanos.
## Max Schrems: el hombre que le puso los puntos a las big tech y ahora desafía la dependencia digital europea
Pocos particulares han logrado influir tanto en la legislación europea como el austriaco Max Schrems. Este jurista de 37 años, conocido por sus batallas legales contra gigantes tecnológicos como Facebook, Apple y Google, vuelve a levantar la voz. ¿Su objetivo? Nada menos que la autonomía digital de Europa.
Schrems, que saltó a la fama tras presentar una serie de denuncias contra Facebook por violaciones a la privacidad, ahora advierte sobre los riesgos de la dependencia tecnológica del viejo continente con respecto a Estados Unidos. Un tema que, según él, se vuelve aún más urgente en tiempos de tensiones comerciales y una creciente competencia en el ámbito digital.
A los 23 años, de vuelta a casa tras estudiar un semestre de Derecho en la Universidad de Santa Clara, California, presentó «22 denuncias contra Facebook» después de analizar la información que la compañía tenía sobre él (1.200 folios) y detectar varias posibles violaciones de su privacidad.
## ¿Una Europa digitalmente independiente?
La pregunta que sobrevuela es si Europa está realmente preparada para construir una infraestructura digital propia, capaz de competir con los gigantes estadounidenses. Schrems, en diálogo tras participar en el Cloud Summit 2025, un evento celebrado en la Universidad de Nebrija en colaboración con la Asociación Española de Proveedores de Cloud y Data Centers (Apecdata), no duda en señalar que el camino es gradual, pero necesario.
«Creo que lo más importante es que la respuesta sea gradual», afirma, haciendo hincapié en la importancia de un plan a largo plazo para reducir la dependencia tecnológica. «No se crea una red social o un servicio de mensajería instantánea por arte de magia».
El activista, que lidera la organización Noyb (None of Your Business), no se guarda nada y critica la falta de ambición en Europa. «En EE UU te dicen que eres el mejor, que eres el más grande. En Europa, generalmente, tendemos a lo contrario, dudamos de si somos lo suficientemente buenos», reflexiona. Una autocrítica que invita a repensar el rol de Europa en el tablero digital global.
## La guerra comercial y el rol de la comisión europea
En un contexto de crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y Europa, la pregunta sobre cómo proteger los datos de los ciudadanos europeos se vuelve aún más relevante. Schrems no duda en señalar que la Comisión Europea tiene un papel fundamental en este proceso.
«La Comisión va despacio porque no quiere ser quien lance la primera piedra. Pero en algún momento tienes que hacer cumplir tu ley», sentencia, refiriéndose a las recientes multas impuestas a Meta y Apple. Una decisión que, según él, marca un precedente importante en la defensa de la privacidad de los usuarios.
«La Comisión acaba de multar a Meta y Apple, y la primera respondió con un comunicado de prensa muy trumpista, diciendo: “Oh, esto es un arancel”. Acabas de romper la ley y sabías que lo hacías, así que ahora no puedes decir que es un arancel», dispara Schrems, con su estilo directo y sin pelos en la lengua.
## El RGPD: ¿un avance real o una promesa incumplida?
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), la normativa europea que busca proteger la privacidad de los ciudadanos, es otro de los temas que aborda Schrems. Si bien reconoce que el RGPD está «razonablemente bien redactado», critica su falta de aplicación efectiva.
«El problema de la aplicación del RGPD es enorme», advierte, señalando que solo un pequeño porcentaje de las denuncias son sancionadas y que las multas, en muchos casos, son irrisorias. «La realidad es que, incluso en los casos en los que encuentras una violación, simplemente no hay consecuencia».
Una crítica que pone en evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y sanción para garantizar que las empresas tecnológicas cumplan con las normas de privacidad. ¿Será suficiente el reglamento actual para frenar los abusos de las grandes tecnológicas? El debate está abierto.
Max Schrems, con su trayectoria y su visión crítica, sigue siendo una figura clave en el debate sobre la privacidad y la regulación tecnológica. Sus reflexiones invitan a la reflexión y a la acción, en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología y los datos.