Elon Musk, fiel a su estilo confrontativo, le puso un ultimátum a OpenAI: o siguen siendo una organización sin fines de lucro, o se atiene a las consecuencias. Luego de una oferta de compra millonaria rechazada con sarcasmo por Sam Altman, la novela suma otro capítulo. ¿Prioriza Musk la seguridad de la humanidad o, como alega Altman, simplemente le duele no tener el control?
En una movida que sacudió Silicon Valley y Washington, Elon Musk le jugó otra carta a OpenAI, la *start-up* detrás de ChatGPT, tras una oferta de compra que terminó en un «no, gracias, pero te compramos Twitter».
Parece que el magnate, ahora íntimo del mismísimo Donald Trump, no se anda con chiquitas cuando se trata de inteligencia artificial, un terreno donde también tiene su propio negocio con xAI. Luego de ofertar 97.400 millones de dólares por la parte sin fines de lucro de OpenAI, fundada allá por 2015, Elon redobló la apuesta.
Altman contraatacó vía X (ex Twitter): “No, gracias, pero te compramos Twitter [nombre que tenía la red social antes de su cambio de propietario] por 9.740 millones de dólares, si quieres”. Una respuesta que calienta aún más este duelo de titanes.
Ahora, el ultimátum es claro: si OpenAI insiste en convertirse en una empresa comercial, la oferta se retira.
## ¿Seguridad humana o control? La verdadera razón detrás del ultimátum de Musk a OpenAI
Recordemos que Musk y Altman no son precisamente amigos del alma. Se separaron en 2018, justo antes de que Microsoft metiera la cuchara con una inversión de 13.000 millones que catapultó a la compañía. Para Musk, el problema es que Altman quiere deshacerse de la parte sin fines de lucro de la empresa, valorada en unos 300.000 millones de dólares, para convertirla en una firma puramente comercial.
«Es hora de que OpenAI regrese al código abierto y se centre de nuevo en la seguridad. Nos aseguraremos de que eso suceda», dispararon los abogados de Musk, dejando en claro que la cosa va en serio.
### La defensa de musk en tribunales
Pero la cosa no quedó ahí. Los abogados de Musk presentaron un escrito en el tribunal de San Francisco donde insisten en sus «ataques» contra Altman, acusándolo de «haber priorizado las ganancias sobre la seguridad» y de haberse apropiado de la tecnología «manteniéndola en código cerrado, concentrando el poder de IA en manos de Microsoft». ¡Tremendo!
## Los planes de Altman en la cuerda floja
La movida de Musk le complica bastante los planes a Altman, quien lleva meses tratando de renegociar el papel de Microsoft, buscar financiación adicional por valor de 40.000 millones de dólares y contentar a los consejeros de la parte de fundación de la compañía. Los 97.400 millones de dólares de Musk les dan a esos consejeros un poder de negociación que antes no tenían.
Pero… ¿qué hay detrás de todo esto? Según Musk, solo oponiéndose a los planes de Altman se puede «proteger a la especie humana» de un progreso descontrolado de la IA. Sin embargo, Altman tiene sus propios ases bajo la manga. En juicios anteriores, presentó documentos que demostraban que Musk no siempre tuvo esos «altos ideales». Según esos papeles, el dueño de Tesla apoyaba la idea de convertir OpenAI en una empresa con fines de lucro, y se bajó del barco cuando vio que no iba a poder tomar el control. ¿Será que al final la cosa va más por el ego y el poder que por la seguridad mundial? El tiempo dirá.