Anil K. Jain y Michael I. Jordan han sido premiados por la Fundación BBVA con el Premio Fronteras del Conocimiento, gracias a sus aportes en el aprendizaje automático que impulsan la biometría y la inteligencia artificial. Ambos científicos se destacan por su capacidad para hacer que los ordenadores reconozcan patrones, lo que ha llevado a un desarrollo significativo de tecnologías como el reconocimiento facial y las huellas dactilares.
Los investigadores Anil K. Jain y Michael I. Jordan han sido reconocidos con el prestigioso Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación. Este galardón, entregado por la Fundación BBVA, destaca su contribución invaluable durante cuatro décadas al campo del aprendizaje automático, un área que no solo ha transformado la biometría, sino que también ha sentado las bases de la inteligencia artificial (IA) moderna.
En la XVII edición de este galardón, el jurado seleccionó a Jain y Jordan entre un total de 41 nominaciones. En su fallo, alabaron la capacidad de ambos científicos para equipar a las computadoras con la habilidad de identificar patrones y realizar predicciones a partir de grandes conjuntos de datos. Así, sus investigaciones han dado pie a tecnologías innovadoras, como las utilizadas en biometría, que ya están presentes en nuestros dispositivos móviles, permitiendo, por ejemplo, el reconocimiento facial.
La noticia impactó a Jain, quien se enteró del premio mientras disfrutaba de unas vacaciones en Panamá. «Es un gran honor para mí que me hayan reconocido”, afirmó durante una videollamada en una rueda de prensa llevada a cabo en Madrid. Este investigador indio, cuya carrera comenzó en la Universidad Estatal de Ohio, ha realizado aportes fundamentales en el reconocimiento de patrones, siendo pionero en la revelación de que incluso las huellas dactilares pueden coincidir de manera sorprendente entre diferentes personas. «Vivimos en una sociedad en la que hay muchas actividades fraudulentas», puntualiza Jain, advirtiendo sobre los peligros del uso de documentos de identidad falsos.
En cuanto a los desafíos que enfrenta la biometría en la actualidad, Jain destaca la necesidad de mejorar la precisión de las herramientas para evitar detenciones erróneas. «La biometría ha llegado para quedarse», sentencia, planteando un futuro donde su desarrollo será clave en diversas áreas de la seguridad y la identificación.
Por su parte, Jordan ha contribuido enormemente con el desarrollo de técnicas matemáticas y computacionales que son la columna vertebral de múltiples aplicaciones de la inteligencia artificial. «Estoy en California, tomé el teléfono y escuché un acento español», recuerda, refiriéndose al momento en que se enteró del premio. Desde sus inicios en la década de los noventa, Jordan ha sido un pionero en los métodos de inferencia variacional, que aún son fundamentales en el aprendizaje automático hoy en día.
«Creo que lo que tiene que hacer la inteligencia artificial es ayudarnos a conectar mejor los unos con los otros y colaborar de manera más eficaz”, agregó, dejando en claro su visión humanista de la tecnología. Los aportes de este científico se reflejan en herramientas cotidianas, como los sistemas de recomendación de plataformas comerciales, incluyendo a gigantes como Amazon, así como en modelos de lenguaje generativo que han cobrado relevancia en los últimos años, como es el caso de ChatGPT.
Mientras tanto, vale recordar que en la edición anterior del galardón, el premio fue otorgado a Takeo Kanade, un experto japonés que revolucionó la visión artificial, sentando las bases para que los dispositivos comprendan e interpreten imágenes y escenas visuales. Así, el avance en este ámbito continúa creciendo a pasos agigantados, con aplicaciones que abarcan desde la robótica hasta la medicina. ¿Estamos preparados para un futuro donde la inteligencia artificial y la biometría sean parte de nuestro día a día? La pregunta queda abierta.