En un partido donde River no encontraba su juego, un golazo de Galoppo ilusionó al Monumental. Sin embargo, la alegría duró poco: el asistente José Castelli lo anuló por una supuesta interferencia de Montiel. La decisión desató la furia del ayudante de campo, Matías Biscay, que no se guardó nada contra el juez de línea.
El Monumental rugía, pero no de la manera que Marcelo Gallardo hubiera querido. River, lejos de su mejor versión, batallaba contra un Lanús que le complicaba la noche. De pronto, un rayo de esperanza: Giuliano Galoppo, con un remate de esos que inflan la red, clavó un golazo que desató el delirio.
Pero, ¡ay!, la alegría duró menos que un suspiro. El asistente José Castelli, con el banderín levantado, aguó la fiesta. ¿La razón? Una supuesta interferencia de Gonzalo Montiel en la trayectoria del disparo. ¡Polémico, como el penal que no le cobraron a Riquelme en la final de la Libertadores 2012!
Si bien «Cachete» no llegó a tocar la pelota, el árbitro consideró que su posición influyó en la visión del arquero Losada. Correcto o no, lo cierto es que la decisión encendió la mecha de la protesta, y el principal afectado fue, curiosamente, el bueno de Matías Biscay.
River Plate –
Galoppo hizo el primero, pero anularon su gol
El «ayudante» y su explosiva reacción
Dicen que los ayudantes están para sumar calma, para aportar una visión diferente. Pero Biscay, fiel a su estilo, demostró que la sangre «gallina» hierve igual o más que la del mismísimo «Muñeco».
Según cuentan los que estaban cerca, una vez que Facundo Tello, el árbitro principal, convalidó la decisión del línea, Biscay «saltó encima de Castelli para quejarse y exigirle explicaciones luego de que levantara el banderín y dejarle el festejo atragantado a todo River.» ¡Casi como Bilardo protestándole a Codesal en el ’90!
Tremendo.
No es la primera vez que Biscay se cruza con un árbitro, y seguramente no será la última. Lo cierto es que, a pesar del reclamo airado, el asistente no recibió ninguna amonestación. El partido siguió, con un River buscando el gol con más ganas que ideas.
¿Era o no era? El debate que divide aguas
Ahora bien, ¿estuvo bien anulado el gol? Acá es donde se arma el tole tole. Para algunos, la decisión es correcta: Montiel, con su posición, engaña al arquero. Para otros, es una exageración: el defensor no toca la pelota y el remate iba al arco.
Como siempre, la polémica está servida. Y en el fútbol argentino, ya sabemos, las polémicas son el pan de cada día. Lo que sí quedó claro es que, sin VAR, estas jugadas seguirán generando debates interminables en el bar, en la cancha y en las redes sociales. ¿Vos qué opinás?