La Lepra mendocina no pudo con el Tatengue en Santa Fe, empataron sin goles en un partido donde Independiente Rivadavia mereció más. El Rojo tuvo las más claras pero no concretó y se trajo un punto a Mendoza.
Empate con sabor a poco para la Lepra en Santa Fe
Independiente Rivadavia visitó a Unión en Santa Fe por la fecha 2 del Torneo de la Liga Profesional y no pasó del 0 a 0. Un partido trabado, donde el conjunto mendocino supo generar las situaciones más claras, pero falló en la definición. ¿Mereció más el Rojo? Parece que sí, pero en el fútbol no se gana con merecimientos, se gana con goles, como diría el Bambino Veira.
El primer tiempo fue parejo, con pocas llegadas de ambos equipos. La Lepra tuvo la más clara con un remate de Arce que se fue apenas desviado. Unión, por su parte, intentó con centros al área, pero la defensa mendocina se mostró sólida, despejando cada pelotazo como si fuera el último minuto de un mundial.
En el complemento, Independiente Rivadavia se animó más y fue en busca de la victoria. Generó varias situaciones de peligro, pero la falta de puntería y la buena actuación del arquero local impidieron la apertura del marcador. Uno se pregunta, ¿qué pasa con la definición? ¿Faltará un "9" con el olfato goleador de Palermo?
El análisis del partido: ¿Se conformó la Lepra con el empate?
Si bien el punto de visitante siempre es valioso, la sensación es que Independiente Rivadavia dejó pasar una buena oportunidad para sumar de a tres. El equipo mostró una buena imagen, con solidez defensiva y despliegue en ataque, pero le faltó el último toque, esa estocada final que defina los partidos.
"Nos faltó contundencia", declaró el DT de la Lepra luego del partido. Una frase hecha, un clásico del fútbol, pero que refleja la realidad del encuentro. ¿Se conformó el equipo con el empate? Es una pregunta que queda flotando en el aire. Tal vez, como diría Mostaza Merlo, "paso a paso".
La figura del partido: la defensa de Independiente Rivadavia
Si bien no hubo goles, la defensa de la Lepra se destacó por su solidez y seguridad. Despejaron cada pelota como si fuera la última y mantuvieron el arco en cero. Un rendimiento que recuerda a la famosa "cortina de hierro" del San Lorenzo de Bilardo. Mención especial para el arquero, que tuvo intervenciones clave para evitar la caída de su valla.
Por: Juan Pablo Varsky – Diario
