Blanco, la garra de Boca: ¿alcanzó su entrega?

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

Lautaro Blanco, el lateral de Boca, tuvo un partido con garra y proyección, aunque le faltó precisión en los centros. Se bancó la parada hasta que el cansancio lo obligó a dejar la cancha.

¿Blanco o negro? El partido de Lautaro Blanco en Boca

Lautaro Blanco, el lateral izquierdo de Boca, fue uno de los jugadores que más buscó el arco rival. Se mandó como si fuera el mismísimo Caniggia en el ’90, con una actitud que –como diría Mostaza Merlo– «puso la pelota bajo el brazo» y encaró para adelante. Si bien mostró garra y proyección constante –casi como un wing izquierdo a lo Maradona en sus épocas en Argentinos Juniors–, le faltó esa puntada final, ese centro quirúrgico que dejara a los delanteros de cara al gol. Sus envíos terminaron siendo demasiado frontales, fáciles de rechazar para la defensa rival. Parecía que estaba jugando con botines de cemento en el área.

El corazón y la cabeza: entrega y precisión

A pesar de la falta de precisión en los metros finales, la entrega de Blanco fue inobjetable. Corrió como un perro de presa tras la pelota, metió cuando hubo que meter y no se achicó en ningún momento. Bien ahí, pibe, con esa actitud ganás más que un Prode. Demostró esa vehemencia –casi al nivel de un Ruggeri marcando a Maradona– a la hora de defender y recuperar la pelota, haciendo sentir su presencia en cada dividida. Como diría el Bambino Veira: «Con huevos, corazón y cabeza se puede». Blanco puso el corazón, sin duda, y por momentos la cabeza también, pero faltó ese toque mágico para que la pelota llegara con peligro al área rival.

El cansancio del guerrero

El trajín del partido le pasó factura al lateral xeneize, quien terminó extenuado y fue reemplazado por Saracchi. Normal, che, ni que fuera el Correcaminos. Dejó todo en la cancha, corrió como si fuera la final del mundo y, si bien no pudo desequilibrar con sus centros, su entrega y actitud no se pueden discutir. Hay que reconocerle el esfuerzo, como diría el Chavo Fucks, «no se le puede pedir peras al olmo». Habrá que ver si en los próximos partidos afina la puntería y logra que sus proyecciones se traduzcan en asistencias para el equipo.

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