Racing golpeado: Zuculini al quirófano, ¿llega al clásico?

Redacción Cuyo News
3 min
Cortito y conciso:

Racing, con más bajas que el promedio de edad de un geriátrico, pierde a Zuculini por lesión. El volante tiene un menisco desprendido y deberá ser operado, perdiéndose el clásico de Avellaneda. Costas, con menos variantes que un kiosco de pueblo, deberá recurrir a la dupla Almendra-Nardoni.

La Academia, en terapia intensiva: Zuculini al quirófano

El panorama en Racing es más oscuro que un asado de vegano. A la ya conocida baja de Maravilla Martínez, que se lesionó más fácil que el Rolfi Montenegro en un picado de solteros contra casados, se suma ahora la de Bruno Zuculini. El volante central, con una rodilla que suena más que la Bombonera un domingo, tiene un menisco desprendido y deberá pasar por el quirófano.

¿Sinovitis o lesión de menisco? El parte médico que nadie entiende

Inicialmente se habló de una sinovitis, un diagnóstico que hasta mi abuela que solo ve las novelas de la tarde podría haber dado. Pero la realidad, como siempre, es más compleja que la tabla de posiciones del Nacional B. Resulta que Zuculini tiene una punta de menisco desprendida, lo que lo mandará directo al quirófano para una artroscopía.

El jugador, con más garra que inteligencia –como buen cinco a la antigua–, quería infiltrarse y jugar el clásico contra Independiente. Una decisión tan lógica como patear un penal con la canilla. Por suerte, la razón prevaleció y Zuculini priorizó su recuperación. Se perderá el clásico, sí, pero al menos volverá al 100% para la Copa Libertadores, que es donde realmente importa. ¿O acaso alguien se acuerda quién ganó el torneo local del 98? Ah, cierto… fue Boca, siempre ellos.

Costas, con menos opciones que Scaloni en el Mundial ’82

Con Zuculini afuera, Gustavo Costas tiene menos opciones en el mediocampo que Mostaza Merlo en un restaurante vegetariano. La dupla Almendra-Nardoni, que hasta ahora ha demostrado menos química que Menem y Cavallo en sus últimos años, deberá hacerse cargo del mediocampo. Esperemos que Almendra recupere su nivel, porque si no, vamos a terminar pidiendo la hora como el Diego en el Mundial 90 contra Italia.

El técnico, con la paciencia de un árbitro en un partido de Boca-River, deberá trabajar para que este doble cinco, campeón de la Sudamericana, vuelva a funcionar como una Ferrari y no como un Fiat 600. La tarea no es fácil, pero como diría el Bambino Veira: «Esto es Racing, papá».

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