El proyecto de ley que propone atrasar una hora el reloj en Argentina generó preocupación entre especialistas en salud del sueño, quienes advirtieron sobre los efectos que la medida puede tener sobre el bienestar general de la población.
La propuesta obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y tiene como objetivo “aprovechar mejor la luz solar”. Sin embargo, expertos alertan que la iniciativa podría generar alteraciones en los ritmos circadianos, dificultades para conciliar el sueño y problemas de salud en general, sobre todo en un país con amplia diversidad geográfica como Argentina.
El médico Federico Nogueira, consultado por A24, afirmó que “vamos a tener una catarata de gente que venga a consultar por insomnio, porque no tiene forma de bloquear la luz solar”, aludiendo al impacto que tendría la menor exposición a la luz natural en los horarios habituales de descanso.
Una geografía diversa, un solo horario: el dilema argentino
Nogueira destacó que entre los extremos este y oeste del país existen hasta 80 minutos de diferencia solar real, lo que agrava los efectos de un cambio único de huso horario. “Argentina parece un país largo y angosto, pero no lo es”, explicó, insistiendo en la necesidad de contemplar adaptaciones regionales.
Según el especialista, la falta de luz solar en horarios clave puede afectar la producción de vitamina D, generar fatiga, reducir la actividad física y perjudicar especialmente a la infancia y a los adultos mayores.
El debate por los cambios horarios estacionales
El especialista también fue crítico de la posibilidad de establecer dos cambios de horario anuales, al estilo de los esquemas de verano e invierno utilizados en otros países. “Muchos países ya lo abandonaron porque produce insomnio, problemas vasculares y trastornos cognitivos”, advirtió.
Finalmente, propuso como alternativa un enfoque segmentado y adaptado a cada región, evitando una política horaria uniforme en un país con realidades geográficas dispares. “A las 5 de la mañana uno tiene que estar durmiendo, no tomando sol. Es un delirio”, concluyó.
Especialistas en salud del sueño advirtieron sobre las consecuencias del proyecto que propone atrasar una hora el reloj en Argentina. Alertan por el impacto en el descanso, la exposición solar y el bienestar general de la población, en especial en un país con gran diversidad geográfica.
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El proyecto de ley que propone atrasar una hora el reloj en Argentina generó preocupación entre especialistas en salud del sueño, quienes advirtieron sobre los efectos que la medida puede tener sobre el bienestar general de la población.
La propuesta obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y tiene como objetivo “aprovechar mejor la luz solar”. Sin embargo, expertos alertan que la iniciativa podría generar alteraciones en los ritmos circadianos, dificultades para conciliar el sueño y problemas de salud en general, sobre todo en un país con amplia diversidad geográfica como Argentina.
El médico Federico Nogueira, consultado por A24, afirmó que “vamos a tener una catarata de gente que venga a consultar por insomnio, porque no tiene forma de bloquear la luz solar”, aludiendo al impacto que tendría la menor exposición a la luz natural en los horarios habituales de descanso.
Una geografía diversa, un solo horario: el dilema argentino
Nogueira destacó que entre los extremos este y oeste del país existen hasta 80 minutos de diferencia solar real, lo que agrava los efectos de un cambio único de huso horario. “Argentina parece un país largo y angosto, pero no lo es”, explicó, insistiendo en la necesidad de contemplar adaptaciones regionales.
Según el especialista, la falta de luz solar en horarios clave puede afectar la producción de vitamina D, generar fatiga, reducir la actividad física y perjudicar especialmente a la infancia y a los adultos mayores.
El debate por los cambios horarios estacionales
El especialista también fue crítico de la posibilidad de establecer dos cambios de horario anuales, al estilo de los esquemas de verano e invierno utilizados en otros países. “Muchos países ya lo abandonaron porque produce insomnio, problemas vasculares y trastornos cognitivos”, advirtió.
Finalmente, propuso como alternativa un enfoque segmentado y adaptado a cada región, evitando una política horaria uniforme en un país con realidades geográficas dispares. “A las 5 de la mañana uno tiene que estar durmiendo, no tomando sol. Es un delirio”, concluyó.