Un hombre con pedido de captura fue detenido en Capital tras dar información falsa a la policía.
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En la city sanjuanina, donde el sol pega más fuerte que cachetada de suegra, un operativo policial digno de Hollywood – terminó con la detención de un escurridizo personaje. Todo comenzó con un hombre de actitud «sospechosa» en la calle Belgrano. ¿Sospechosa cómo? ¿Caminaba en zigzag silbando la marcha peronista? ¿Llevaba un loro en el hombro recitando el Martín Fierro? La crónica policial, lamentablemente, no nos da esos detalles jugosos.
Lo que sí sabemos es que, al ser interrogado por la policía, el sujeto se identificó como Chena Vicente. Un nombre común, dirán ustedes. Pero minutos después, cual superhéroe revelando su verdadera identidad -pero en versión villano de cuarta-, confesó llamarse Escudero Juan Antonio. ¡Chan! ¡Giro argumental digno de telenovela turca! ¿Chena Vicente era su alter ego artístico? ¿O simplemente se olvidó su propio nombre después de una larga siesta sanjuanina?
La cosa se puso más picante que un asado con ají picante cuando, al chequear sus antecedentes, ¡oh sorpresa!, el señor Escudero tenía un pedido de captura. Parece que no era tan anónimo como pretendía. Para colmo de males, le encajaron un expediente contravencional por mentirle a la autoridad. O sea, le hicieron un combo completo: captura + multa por chamuyero. Un verdadero ofertón judicial.
Y como si fuera poco, después de semejante papelón, al amigo Escudero lo mandaron derechito al Servicio Penitenciario Provincial. Moraleja de la historia: si tenés pedido de captura, mejor no te hagas el misterioso. Y si te olvidaste tu nombre, llevalo anotadito en un papelito. En San Juan, el sol te puede jugar una mala pasada… y la policía también.
Ahora a Vicente le van a servir a la noche chena en un calabocho.
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