De cara a las elecciones bonaerenses del próximo domingo 7 de septiembre, el actual legislador y candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, seguró que el Gobierno no cambiará su política económica cualquiera sea el resultado en las urnas. “Acá volantazo no va a haber, independientemente del resultado”, afirmó.
Las declaraciones del economista llegan en un contexto marcado por las dudas sobre la gestión económica, después de que el Tesoro reconociera que intervendrá en el mercado cambiario para controlar la cotización del dólar. Ante esas inquietudes, Espert buscó transmitir tranquilidad y subrayó que en la Casa Rosada “no tienen pensado grandes cambios” en el rumbo económico.
El eje: déficit cero
El legislador sostuvo que el programa del Gobierno tiene como centro de gravedad el déficit cero, al que definió como la condición fundamental para evitar emisión monetaria, contener la inflación y “destruir la pobreza, bajarla a lo mínimo posible”.
En ese sentido, remarcó que no habrá modificaciones de fondo ni volantazos en materia de política económica, incluso en un escenario electoral adverso para el oficialismo. Según Espert, el compromiso con el equilibrio fiscal seguirá siendo la prioridad para la actual gestión.
José Luis Espert aseguró que el Gobierno no modificará su plan económico tras las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. El diputado y candidato remarcó que el programa oficial seguirá centrado en el déficit cero, sin volantazos.
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En un país donde las elecciones suelen ser tratadas como encuestas extendidas para ver qué ministro sobrevive al lunes siguiente, José Luis Espert decidió romper la tradición y asegurar que, gane quien gane, el Gobierno no va a cambiar el plan económico. Ni volantazo, ni giro en U, ni siquiera el clásico “ajuste fino”. Nada. Como un colectivo que sigue derecho aunque la calle esté cortada.
El economista, candidato y opinador serial, aclaró que la Casa Rosada seguirá aferrada a su Biblia económica: déficit cero, ni un peso más de emisión y la promesa de exorcizar la inflación. El mensaje fue claro: el plan no se toca, aunque el humor social marque otra partitura en las urnas. ¿Serán palabras de calma para los mercados o simplemente un aviso de que la única sorpresa que se espera es cuántos memes aparecerán la noche del domingo?
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