Invasión de tapiocas en la Costa Atlántica, qué son y cómo tratar las picaduras

Redacción Cuyo News
6 min

Las playas de la costa atlántica argentina han comenzado a registrar una masiva afluencia de turistas en el inicio de la temporada estival. Sin embargo, junto con el arribo de los veraneantes, se ha reportado la presencia recurrente de una problemática que ya afectó la región el año pasado: la invasión de tapiocas. Estos diminutos organismos marinos están generando preocupación debido a las lesiones cutáneas que provocan en los bañistas al entrar en contacto directo con la piel.

¿Qué son las tapiocas y por qué son difíciles de detectar?

Las tapiocas, cuyo nombre científico es Liriope tetraphylla, son un tipo de medusa de dimensiones reducidas que habita en zonas costeras. Popularmente se las denomina «pica-pica» tanto en Argentina como en Uruguay. Su principal característica es su transparencia y su tamaño: poseen una campana de apenas un centímetro de diámetro, lo que las vuelve prácticamente invisibles al ojo humano mientras flotan en el agua.

Las lesiones suelen producirse de manera accidental cuando el organismo queda atrapado o es presionado entre los trajes de baño y la piel. Este contacto, potenciado por el roce constante en las zonas más sensibles del cuerpo durante la actividad en el mar, desencadena una reacción inflamatoria. Los síntomas comunes incluyen irritación, enrojecimiento, picazón intensa y la aparición de lesiones eritematosas (manchas rojas) o papulares (pequeñas elevaciones en la superficie cutánea).

Recomendaciones ante una picadura

Ante la frecuencia de estos incidentes, la Asociación Toxicológica Argentina ha difundido una serie de protocolos para mitigar el dolor y la inflamación. Los especialistas enfatizan que el uso de vinagre es una de las medidas más eficaces, ya que este líquido «inhibe el mecanismo de inyección del veneno de los tentáculos de la medusa». En caso de no contar con vinagre en el momento, el tratamiento inmediato debe consistir en lavar la zona exclusivamente con agua de mar.

Los expertos advierten taxativamente sobre lo que no se debe hacer: bajo ninguna circunstancia se debe aplicar agua dulce (de la canilla o mineral) sobre la herida. Esto se debe a que el cambio en la salinidad provoca que los tentáculos que aún permanecen adheridos a la piel liberen una mayor cantidad de toxinas. Para la limpieza de la zona afectada, se sugiere utilizar toallas, arena seca o incluso cremas cosméticas para remover restos del organismo. En cuadros de mayor irritación, se recomienda la consulta médica para evaluar el uso de analgésicos o antiinflamatorios específicos.

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